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Los perros de asistencia y su inclusión en la sociedad.

Los perros de asistencia son mucho más que simples mascotas, son aliados imprescindibles para quienes enfrentan problemas de salud física o mental. Su entrenamiento especializado les permite realizar tareas que mejoran la calidad de vida de sus propietarios y, en muchos casos, hacen posible que estas personas recuperen su independencia. Sin embargo, a pesar de su invaluable labor, estos animales suelen enfrentar discriminación en ciertos entornos que no aceptan animales, lo que plantea la necesidad de una mayor concientización y apertura social.

¿Qué son los perros de asistencia y cuáles son sus funciones?

Un perro de asistencia es aquel que ha sido entrenado para realizar tareas específicas que ayudan a una persona son discapacidad o una condición médica particular. Estas tareas pueden ir desde guiar a personas con discapacidad visual hasta detectar crisis epilépticas antes de que ocurran.

Las variedades de perros de asistencia incluyen:

  1. Perros guía: Entrenados para ayudar a personas que sufren de ceguera o visión reducida, estos perros son expertos en evitar obstáculos, encontrar las rutas seguras y facilitar la movilidad de su propietario.
  2. Perros de señal: Adiestrados para asistir a personas con discapacidad auditiva, su tarea es alertar a sus dueños sobre sonidos importantes como timbres, alarmas o el llanto de un bebe.
  3. Perros de respuesta médica: Tienen la capacidad de detectar cambios en el cuerpo humano como una disminución de la glucosa en personas con diabetes o una crisis epiléptica inminente.
  4. Perros de servicio: Auxilian a personas con limitaciones motrices, asistiendo en tareas como abrir puertas, recoger objetos caídos o proporcionar equilibrio al caminar.
  5. Perro de apoyo emocional: Su función principal es brindar confort y estabilidad emocional, a personas con problemas de ansiedad, depresión o trastorno de estrés postraumático. 
  6. Perros de alerta psiquiátrica: Entrenados para reconocer señales de una crisis emocional o psicológica inminente y actuar en consecuencia, ya sea interrumpiendo conductas autolesivas o buscando ayuda.

Cada uno de estos perros es una extensión del cuerpo y mente de su usuario, desempeñando un papel crucial en su vida cotidiana.

 

Los perros guía o lazarillos, brindan una función muy importante al facilitar su independencia a personas invidentes o con capacidad visual disminuida.

 

La imprescindible compañía de los perros de asistencia.

La presencia de un perro de asistencia va más allá de la ayuda práctica; también representan un apoyo emocional y social para sus dueños. Para alguien que sufre de ansiedad severa, por ejemplo, un perro de apoyo emocional puede ser la diferencia entre poder salir de casa o quedar atrapado por el miedo. De igual manera, para una persona con discapacidad visual, un perro guía no solo es una herramienta de movilidad, sino también un puente hacia la inclusión y la participación en la sociedad.

La relación entre un perro de asistencia y su dueño es profunda y basada en la confianza mutua. Este vínculo fortalece a quien sufre un trastorno en su salud física o mental, reduce sus niveles de estrés y mejora su bienestar general. 

La discriminación hacia los perros de asistencia.

A pesar de la importante función que desempeñan, los perros de asistencia enfrentan obstáculos que no deberían de existir. En muchos lugares, como restaurantes, tiendas y medios de transporte, la política de “no se admiten animales” se aplica indiscriminadamente, negándoles el acceso incluso cuando la ley protege su derecho a permanecer junto a sus dueños.

Esta discriminación, no solo vulnera los derechos de las personas con alguna discapacidad, sino que también refleja la ignorancia sobre la naturaleza y función de los perros de asistencia. Con frecuencia, los encargados de estos establecimientos desconocen que estos animales están exentos de las restricciones habituales debido a su entrenamiento especializado y su papel vital en la vida de sus propietarios.

Un caso común es la negativa a permitir la entrada a perros de apoyo emocional o de alerta psiquiátrica, bajo el argumento de que “no parecen perros de asistencia”. Este prejuicio subraya la necesidad de educar a la población y a los comercios sobre las diferentes variedades de perros de asistencia y su importancia.

 

Impedir el acceso a los perros de asistencia a cualquier lugar público o privado, vulnera los derechos de las personas que los necesitan y muestra la ignorancia de quien lo impide.

 

La necesidad de ampliar criterios y fomentar la inclusión.

Para garantizar una inclusión real, es fundamental que la sociedad amplíe sus criterios y comprenda que un perro de asistencia no es un simple acompañante, sino una herramienta terapéutica y una extensión de la persona que lo necesita. Esto requiere:

  1. Educación y sensibilización: Programas educativos que informen a la población sobre los derechos de las personas con alguna discapacidad y la función de los perros de asistencia.
  2. Refuerzo legal: Legislaciones más estrictas y claras que protejan el acceso de los perros de asistencia a todos los espacios públicos y privados.
  3. Capacitación en negocios: Talleres para propietarios y empleados de establecimientos públicos que les permitan entender cómo interactuar con las personas que utilizan perros de asistencia y garantizar el cumplimiento de ley.
  4. Campañas de concientización: Uso de medios de comunicación y redes sociales para hacer visibles las historias de quienes dependen de estos animales y los desafíos que enfrentan. 

Es importante también destacar que el entrenamiento y mantenimiento de un perro de asistencia no es sencillo ni económico. Por ello, fomentar iniciativas que subsidien o financien estos servicios pueden marcar una gran diferencia en la vida de muchas personas.

Un futuro inclusivo.

Los perros de asistencia son verdaderos héroes que transforman vidas. Su labor, que abarca desde ofrecer apoyo emocional hasta salvar vidas en situaciones críticas, merece no solo nuestro respeto, sino también nuestra colaboración para derribar las barreras que les impiden cumplir con su misión. Al educarnos, promover la inclusión y combatir su discriminación, no solo mejoramos la calidad de vida de las personas que los necesitan, también construimos una sociedad más empática y solidaria.

 

Autor: Heron Pazzi

Médico Veterinario Zootecnista, dedicado a la clínica y cirugía de perros y gatos. Ex académico de la FMVZ UNAM y de la FCN UAQ. Conferencista y amante de los perros y su bienestar.

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